‘Better Man’: Una brillante y entretenida biopic no convencional

¿La vida de Robbie Williams pero como un chimpancé generado por computador? Una audaz y creativa apuesta que realmente funciona.

He sido fan de Robbie Williams desde hace mucho tiempo (desde que el video de ‘Angels’ rotaba en un canal de música francés, que por alguna extraña razón, tenía en mi sistema de cable) Así que cuando se estrenó el teaser de ‘Better Man’, en octubre del año pasado, no se me hizo del todo extraño que la biopic fuera protagonizada por un chimpancé generado por computador.

De hecho, esta innovadora propuesta la asocié de inmediato con ‘Me and my Monkey’, una canción que hace parte de ‘Escapology’ —su quinto álbum de estudio—, que habla sobre el comportamiento autodestructivo en el cual Robbie tendía a caer, mientras que el mono era ese personaje de los escenarios, adicto a la cocaína, en el que se transformaba (les dije, soy muy fan)

Y no estaba tan lejos de mi conclusión porque el músico británico a menudo se ha descrito a sí mismo como un “mono de circo”, obligado constantemente a actuar, incluso si no quiere. Para el director Michael Gracey (‘The Greatest Showman’), esta idea fue clave desde el inicio del proyecto porque deseaba contar la historia de una manera original y creativa, y que mejor forma que desde la perspectiva de Robbie y de cómo él se ve a sí mismo: “como algo menos evolucionado”.

Usando la grandiosa tecnología de captura de movimiento de Wētā FX (reconocidos principalmente por ‘The Lord of the Rings’ y ‘The Planet of the Apes’), Asmara Feik y Jonno Davies en ‘Better Man’ interpretan a Williams mientras vive su infancia en Stoke-on-Trent, forma parte de Take That, encuentra éxito en su carrera como solista y supera estrepitosos eventos que han construido su legado, todo narrado por el propio músico.

No cabe duda que la decisión de plasmar la historia de esta manera es una gran apuesta, pero funciona muy bien al encontrar un giro fresco que, además de ser visualmente único, es poderoso, emocionante, audaz y memorable.

Alejándose del formato tradicional

Seamos sinceros: La ruta de la película biográfica, en particular la musical, puede convertirse fácilmente en un camino trillado. ‘Walk Hard: The Dewey Cox Story (2007), a través de su humor, no sólo dejó en evidencia las típicas figuras y situaciones que componen muchas de estas historias, sino también criticó la fórmula de manera inteligente.

Y, aunque en los últimos años, hemos visto algunos esfuerzos tratando de romper este cuadro (desde ‘I Wanna Dance with Somebody’ y ‘Bob Marley: One Love’ hasta ‘Back to Black’ y ‘Bohemian Rhapsody’), la realidad es que han sido muy pocas las películas del subgénero que han logrado ser innovadoras. ‘Rocketman’ es el mejor ejemplo —y muy cerca, ‘Elvis’ y ‘A Complete Unknown’—.

‘Better Man’ es consciente de esta situación. Por eso, Gracey y los coguionistas Oliver Cole y Simon Gleeson rápidamente nos garantizan que ésta no es una película biográfica convencional que al final termina siendo excesivamente halagadora o que suaviza cualquier clase de debilidad de su protagonista. El hecho de que veamos a un chimpancé digital en lugar de una persona hace que los elementos de la cinta sean más fáciles de digerir, especialmente los más sombríos. Acá no hay temor en ahondar en aspectos psicológicos y así como vemos a un Robbie de clase trabajadora que es encantador, sensible, algo descarado y con un fuerte sentido del humor; también encontramos a un Robbie siendo un hijo desconsiderado, un pésimo amigo, un terrible novio y un arrogante compañero de trabajo que tiene un serio problema con el abuso de sustancias.

Es cierto que ‘Better Man’ no puede escapar del ciclo ascenso-caída-resurgimiento, pero es un retrato sin tapujos, muy honesto y valiente de un artista que lucha contra sus propios demonios, transformándolo en una figura, irónicamente, humana.

Celebrando el poder de la música con deslumbrantes coreografías

Además de esta cautivadora sinceridad, ‘Better Man’ destaca por ser un espectáculo visual impresionante. Gracey utiliza su habilidad con los musicales (además de dirigir ‘The Greatest Showman’, el australiano fue productor ejecutivo de Rocketman’ y trabajó junto a Baz Luhrmann en ‘Moulin Rouge’) para crear exuberantes y épicas secuencias llenas de profundidad y emoción que son acompañadas por canciones del catálogo de Robbie que él mismo reinterpretó para la historia.

Cuando se enamora de Nicole Appleton, miembro de All Saints, la pareja interpreta She’s the One’ mientras bailan en un yate, envueltos en una atmósfera romántica al mejor estilo de Fred Astaire y Ginger Rogers. Un dulce momento que se entremezcla con los altibajos y las trágicas realidades que su relación enfrenta.

Su vibrante interpretación de ‘Let Me Entertain You’, durante los icónicos shows en Knebworth, se convierte en una batalla campal entre el cantante y sus propias inseguridades, representados por sus yo del pasado; mientras que ‘Come Undone’ es toda una secuencia de acción que involucra autos, lagos y paparazzis.

No obstante, la escena que se roba todas las miradas (¡y con justa razón!) es la de Regent Street que, al ritmo de ‘Rock DJ’, celebra la historia musical de Take That. Su puesta en escena es alucinante: desde su coreografía hasta el trabajo de edición y efectos visuales. Además, es un maravilloso regalo para los fans de Robbie (hola!) porque arroja muchos guiños de esa etapa de su carrera musical como los trajes azules que la banda lució en los Brit Awards de 1994, pósters del álbum ‘Take That & Party’, los abrigos del video de ‘Back for Good’, entre otros. Como dato curioso, cerca de 500 bailarines formaron parte de la escena que se grabó durante cuatro noches en este icónico sector de Londres.

Una película para fans [y no tan fans] de Robbie Williams

Y si hablamos de easter eggs, ‘Better Man’ cumple a cabalidad este punto. Más allá de looks y prendas que el cantante ha vestido a lo largo de su carrera, la aparición de personajes como Liam y Noel Gallagher o de emblemáticos escenarios como el Royal Albert Hall, la cinta arroja referencias muy puntuales de la discografía de Robbie: desde ganchos y pequeños acordes de algunos sencillos (‘Candy’, ‘Kids’, ‘Something Stupid’) y nombres de discos (‘The Ego Has Landed’) hasta fragmentos de videoclips (‘Rock DJ’, ‘Let Me Entertain You’, ‘Candy’) y elementos que están en algunos de ellos como las plumas que aparecen en ‘Something Stupid’ (que también se podrían relacionar al de ‘No Regrets’) … incluso el póster de la película es la misma portada de ‘Life Thru a Lens’ (1997), su primer álbum solista.

Al comienzo de esta historia, en voz en off, Robbie Williams nos promete que lo que veremos será “entretenimiento de primera” y vaya cómo cumple con su palabra. Sin tapujos, con bastante autenticidad e imaginación y con un buen toque de humor, ‘Better Man’ no es solo una brillante e irreverente celebración a la carrera del músico británico; sino también una loca y extremadamente conmovedora mirada a la persona que está detrás, Robert.

Es cierto que la película no abarca la totalidad de su vida (desde 2003, ha lanzado más de 15 álbumes, incluyendo uno de Navidad) y que, por cuestiones narrativas, hay uno que otro ajuste; pero son decisiones entendibles que valen la pena y que enriquecen esta arriesgada apuesta. Sin importar, si el público está o no familiarizado con su música (es contigo, Estados Unidos), Michael Gracey transforma, victoriosamente, la vida de Williams en un maravilloso espectáculo cinematográfico que, al final del día, responde a la pregunta de por qué existen los biopics: son historias de origen que simplemente buscan conectar con el mundo.

Calificación: 9.5/10

Ángela

Ángela "Tata" Rodríguez — Directora / Editora

Comunicadora Social y Periodista. Movie & TV junkie. Fan del mundo de los Superhéroes, la Animación, la Ciencia Ficción y la Fantasía. Team Marvel. El Rock ha sido gran parte de la banda sonora de su vida. Stan Lee, Freddie Mercury, Indiana Jones, Carrie Fisher y Buffy Summers son algunos de sus héroes. Llora con facilidad en las salas de cine. Si su vida fuera una película la dirigiría Edgar Wright.