‘Flow’: El viaje de un gato que se convierte en una conmovedora experiencia

Desde Letonia llega esta magistral fábula animada que recurre a la acción para contar una historia sobre supervivencia, esperanza y resiliencia.

Cuando vi el primer póster de ‘Flow’, inmediatamente pensé “esto va a ser algo único”; sin embargo, nunca imaginé que terminaría siendo una experiencia catártica. Lo sé, es una declaración demasiado trascendental, especialmente para una película animada protagonizada por un gato; pero en mi caso lo fue: hace seis meses Ramona, mi gata negra de 12 años, quien me acompañó toda su vida, falleció.

Por supuesto, sabiendo que el conductor de esta historia me iba a recordar muchísimo a mi pequeña bola de pelos (quisiera creer que en alguna de sus vidas fueron primos lejanos), tenía claro que no sería sencillo verla. Sin embargo, me llevé una muy grata y mágica sorpresa porque no estaba preparada para que me cautivara y conmoviera como lo hizo.

Dirigida por el letón Gints Zilbalodis, ‘Flow’ nos presenta a un solitario gato gris oscuro en un mundo cubierto de agua, donde la raza humana parece haber desaparecido. En un comienzo, pareciera que el joven felino es el único superviviente pero, luego de buscar refugio en un barco, va descubriendo a otros animales (un labrador, un capibara, un lémur y un pájaro secretario) en su misma situación.

Llevarse bien con ellos durante su aventura resultará ser un gran reto, más que superar su miedo al agua, por ejemplo; no obstante, todos tendrán que demostrar su valentía y superar sus diferencias para adaptarse a este nuevo mundo, que continúa inundándose, y dependerán unos de otros para encontrar un lugar seguro donde puedan vivir.

La magia de una historia sin diálogos

Si bien, por mucho tiempo, hemos estado acostumbrados a películas animadas con estilos similares entre sí e historias orientadas a la familia; en los últimos años, tanto estudios independientes como grandes, se han aventurado a ser un poco más creativos y ambiciosos. Prueba de ello: ‘Inside Out’, ‘The Wild Robot’, ‘Robot Dreams’ y, en realidad, cualquier cinta de Studio Ghibli. ‘Flow’, cuya producción tardó cinco años y medio, busca ir un paso más allá.

Zilbalodis, quien escribió el guion junto con Matīss Kaža, decide contar esta historia de la manera más real y auténtica posible: sin diálogos y sin humanizar a los animales. Aquí, ellos actúan como lo que son. Y es gracias a esa naturalidad que la película empieza a transformarse en una experiencia inmersiva no solo porque nos emocionamos con los peculiares –aunque muy realistas– comportamientos de cada integrante del grupo, sino también porque conectamos con la dinámica que ellos van forjando a medida que avanzan en su viaje.

‘Flow’ no nos subestima como público. Sabemos que los animales actúan desde su instinto y aún así logran despertar muchos sentimientos en nosotros: reímos y sufrimos con ellos, tenemos miedo por ellos, nos angustiamos, entendemos su frustración y hasta sentimos admiración. Y aunque hay momentos en los que nos preguntamos cómo y por qué sucedió la inundación, y en dónde están las personas, al final son dudas que pasan a un segundo plano (¡perdón humanidad!) porque estamos sumergidos en la historia y nuestra atención está enfocada tanto en la supervivencia del grupo, especialmente la del gato, como en todas las enseñanzas que este viaje emocional nos está dejando.

Una verdadera experiencia personal

Acompañada por una vibrante estética que recuerda a los videojuegos de mundo abierto y extraordinarios detalles como el manejo de la luz, el movimiento del agua o la expresividad de los ojos del gato –la animación se realizó enteramente con Blender–, la cinta está cargada de metáforas y reflexiones pero, curiosamente, Zilbalodis nos invita a vivirlas de manera individual.

En el marco de un gran mensaje de esperanza, amistad, unión y compasión, ‘Flow’ es una experiencia que, en lo personal, me habla sobre los miedos que debemos enfrentar, los aprendizajes que nos dejan, la transformación y la capacidad de adaptación ante las miles de adversidades que se pueden presentar en nuestro camino. Como compartí al inicio de este escrito, mi gata Ramona me acompañó durante más de una década y su fortaleza fue la gran lección de vida que me dejó. Además, estuvo junto a mí en momentos realmente complejos y me ayudó a superarlos. Con ella aprendí a fluir (quienes tienen o han tenido animales en casa saben de lo que hablo)

Tal vez, por eso, se me facilitó entender la perspectiva de nuestro protagonista: un ser de carácter solitario e independiente que intenta abrirse camino en el mundo y que, mientras busca un nuevo propósito de vida y supera sus propios obstáculos, descubre la importancia de la confianza en los demás y cómo esto contribuye tanto en su crecimiento personal como en su propio bienestar. Un bonito y encantador recordatorio sobre la resiliencia …Y, no lo voy a negar: de cierta manera, formar parte de esta aventura (porque así me sentí durante los 84 minutos de la película) me ayudó con mi proceso de duelo.

Guillermo del Toro afirma que la animación no es un género, sino un medio. ‘Flow’ es el mejor ejemplo de ello. Su belleza no solo radica en su propuesta visual, sino también en su estilo narrativo. Es impresionante cuánto puede decir la película sin un solo diálogo, pero es más sorprendente la mágica conexión que logra. En ocasiones, la trama nos regala momentos surrealistas que pueden generar más preguntas que respuestas; sin embargo, y gracias a su innovador enfoque, este fantástico viaje trasciende con éxito los límites de la creatividad para transformarse en una audaz, brillante y encantadora experiencia.

Calificación: 9.5/10

Ángela

Ángela "Tata" Rodríguez — Directora / Editora

Comunicadora Social y Periodista. Movie & TV junkie. Fan del mundo de los Superhéroes, la Animación, la Ciencia Ficción y la Fantasía. Team Marvel. El Rock ha sido gran parte de la banda sonora de su vida. Stan Lee, Freddie Mercury, Indiana Jones, Carrie Fisher y Buffy Summers son algunos de sus héroes. Llora con facilidad en las salas de cine. Si su vida fuera una película la dirigiría Edgar Wright.