Es 2018 y acabo de terminar el final de temporada de ‘The 100′. Mientras maldigo a los cuatro vientos por estar pendiente de esta serie, que a veces parece no tener sentido seguir viendo, me topo con otro show de The CW, y me digo: “¿por qué no? Ya he pasado cinco temporadas viendo cómo Clarke continúa arruinando las cosas a diestra y siniestra por su propio razonamiento egoísta, supongo”. Hay más tela para cortar ahí; pero esta nota no es para eso.
‘The Outpost’, creada por Kynan Griffin y Jason Faller de Arrowstorm Entertainment, es una serie producida por SyFy International, y distribuida en Estados Unidos por The CW, canal que se ha vuelto fuerte al atender los intereses de audiencias adolescentes y de adultos jóvenes. La reacción default ante este tipo de contenidos es, por lo menos, de desdén absoluto: fórmulas que se repiten, protagonistas que parecen calcados la mayoría del tiempo y drama-drama-drama todo el tiempo. Y pueden no estar equivocados, pero voy a ser honesta con ustedes: ese es exactamente mi guilty pleasure en literatura, cine y televisión.
¿Sagas juveniles? No las he leído todas, pero admito haber terminado ‘The Hunger Games’ en dos días, así como ‘The Maze Runner’. Qué puedo decir: se leen fácil, están llenas de acción y drama, y los finales cargados de suspenso empujan a leer/ver el siguiente capítulo o episodio de inmediato. Es una fórmula que se ha ido perfeccionando con los años, y funciona.
Es así como llegué a ‘The Outpost’, y no pude parar hasta acabar de ver su primera temporada. Hasta ahora, la serie cuenta con 10 episodios y, en su momento, se temió que no fuera renovada; sin embargo, ha logrado amasar una base de fans considerable y esto dio el impulso necesario para que SyFy decidiera invertirle a una segunda temporada.
La historia es como una mesa de ‘Dungeons & Dragons’ muy muy muy cliché: Talon es la última de los Sangre Negra, una raza que es prácticamente exterminada por mercenarios al mando de la Primera Orden, que está empeñada en desaparecerlos por la amenaza que representan. Esta misma orden asesina al Rey de la región, y toma el poder por unos 14 años.
Talon logra escapar con vida, siendo apenas una niña, y enfrenta al mundo sola, siempre en guardia y prevenida para proteger su existencia. Años más tarde llega al Outpost, el lugar más lejano del reino donde vive, en busca de los asesinos de su familia. Y es ahí donde se desarrolla la historia.
De camino, ella descubre que posee un misterioso poder sobrenatural que deberá aprender a controlar para salvarse a sí misma y defender al mundo de un dictador fanático religioso. Por supuesto, hay otras amenazas externas en la serie como los Pieles Grises, los enemigos de la raza humana que buscan su exterminio a como dé lugar; sin embargo, y a pesar de querer actuar como una fuerza motivadora en la historia, resulta ser un poco añadido, casi que un pretexto.
‘The Outpost’ tiene de todo. Y cuando digo de todo es, que toma cada posible cliché del género de Fantasía y Aventura para construir su universo: Tiene a una elegida de una raza casi extinta, con poderes que ni ella conoce, pero esenciales para derrocar a la malvada Primera Orden (que además exterminó a su familia); y tiene además una línea de amenaza paralela en los Pieles Grises. Pero no contentos con eso, tiene el extra de los Infectados, casi zombis que amenazan a la humanidad desde otro flanco.
Y es posible que este sea el problema con la serie: posee muchos elementos que, a la larga, la vuelven pesada. Tantas piezas hacen que la serie no tenga un anclaje sólido en cuanto a motivación. Algo que se viene, más o menos, a resolver en el noveno/décimo episodio.
Por otro lado, está su valor de producción. Uno diría que un canal como SyFy tendría el suficiente presupuesto para darle a la serie un valor visual elevado. Pero déjenme decirles que no es el caso: la serie se ve casi que barata, con escenarios hechos en lo que bien puede ser poliestireno, trajes que se podrían conseguir en descuento en Halloween y un CGI de bajo presupuesto.
Aunque los actores procuran, a mi parecer, darle más profundidad a sus personajes, no sé si una temporada sea justa para decidir si lo lograron o no; pero, ha de ser difícil darle más capas de trasfondo a figuras que son calcos de modelos y géneros que ya tienen productos audiovisuales mucho más sólidos y constituidos.
A pesar de todo lo anterior, este es el tipo de series que puedo consumir sin problema, mientras me río y me entretengo con cada cliché que sigue al anterior. No espero que una serie como ‘The Outpost’ sea el nuevo ‘Lord of the Rings’ o ‘Game of Thrones’. Estos géneros ya están más que constituidos y es más bien difícil salir con películas o series que puedan superar algunos de estos pilares.
Su drama entretiene, y personajes como Janzo, el cervecero del Outpost, le dan algo de dimensión a una serie que se toma demasiado en serio y, como espectador, ese es un aspecto que no hay que hacer… a menos que en su segunda temporada hayan cambios significativos en cuanto a argumento y producción, para formar una base más sólida y creíble.
‘The Outpost’, producida por Dean Devlin (Independence Day, Stargate) y Jonathan Glassner (Stargate SG-1), planea estrenar sus nuevos episodios a mediados de este año. ¿Esperanzas de que la serie mejore su nivel de producción? Muy pocas; pero la curiosidad por ver cómo sigue avanzando esta historia hará de las suyas.
La serie es protagonizada por Jessica Green (Ash vs Evil Dead), Jake Stormoen (Mythica), Imogen Waterhouse (Nocturnal Animals), Andrew Howard (Agents of S.H.I.E.L.D.), Kevin McNally (Pirates of the Caribbean), Anand Desai-Barochia (Emmerdale Farm), Robyn Malcolm (Hostiles) y Kristian Nairn (Game of Thrones).