En apariencia, ‘WeeBoom’ es un programa exclusivo para niños entre los 4 y 7 años; sin embargo, los adultos también se divierten viendo cómo dos grandes y mejores amigos viajan por el mundo persiguiendo a unas criaturas mágicas.
Esta colaboración entre Turner y Split Studio es la segunda coproducción 100% brasileña de Boomerang —la primera fue ‘Zuzubalândia’, adaptación del libro homónimo escrito en 1997 por Mariana Caltabiano— y a su vez, es un claro ejemplo del apoyo del canal hacia los proyectos y productoras de contenidos infantiles locales.
Tuvimos la oportunidad de conversar con el animador, productor, guionista y director Jonas Brandão sobre la inspiración para la serie, su proceso creativo, el papel que juega la música en el programa y la actual industria de la animación en Brasil.
La serie es sobre dos amigos. Uno es una conejita aventurera llamada Wee y el otro es una criatura gigante llamada Boom. Juntos, viajan por el mundo tratando de atrapar unas criaturas traviesas, los Bommies, que cuando escuchan música, se vuelven locos y usan su magia para generar caos en la ciudad en la que se encuentren. Así que Wee y Boom persiguen a estas criaturas para evitar esto.
La idea original de ‘WeeBoom’ es un tanto extraña, por así decirlo. Surgió hace 8 años y, en aquel entonces, queríamos que tuviera un aspecto moderno y muy refrescante.
Queríamos apuntar a un público infantil; que los niños más pequeños reaccionarán muy bien a los colores vibrantes y llenos de vida. Esa era una de las cosas que queríamos traer: que la serie tuviera colores muy brillantes porque el show es muy colorido. Y, también, queríamos hacerlo divertido. Entonces, a medida que el tiempo pasó, cambiamos mucho el diseño para que se conectará con otras cosas que los niños de ahora ven.
Nuestra principal influencia para la creación de ‘WeeBoom’ es ‘The Amazing World of Gumball’ (serie producida por Cartoon Network), pero también nos gusta mucho ‘Counterfeit Cat’ (producida por Disney XD) y ‘Adventure Time’. Intentamos obtener muchas cosas de programas que nosotros disfrutamos, así como de series que sabemos que los niños disfrutan, y tratamos de incorporarlos en nuestro propio show.
Queríamos que los niños sintieran que estaban en lugares que en verdad existen. Así que decidimos ubicar a nuestros personajes en ciudades reales como Nueva York, Río de Janeiro, Guadalajara, entre otras.
Pero estos lugares se escogieron, básicamente, por su música porque, como dije antes, los Boomies son sensibles a los sonidos en general, por lo que cuando escuchan música, se vuelven locos y es ahí cuando comienzan a usar la magia para crear caos. Quisimos presentarles a los niños diferentes tipos de música y diferentes texturas sonoras, como lo que se escucha en Paris que, por ejemplo, es muy diferentes a lo que se escucha en Río.
Además, estoy seguro de que no todos los niños tienen acceso, en general, a estos tipos de música. Quisimos que entendieran que existen muchas cosas en el mundo y que la música puede ser muy diferente. Buscamos mostrar la riqueza en ello. Por ejemplo, Nueva York es famosa por su rap y en la serie, Wee tiene que competir con otro personaje allí en una batalla de rap. Intentamos que la música forme parte de la historia del show.
Un episodio tiene una duración de siete minutos, que es algo básicamente corto; sin embargo, una de las mayores dificultades que encontramos al principio del proyecto fue ajustar todas nuestras ideas a sólo siete minutos.
Tuvimos que hacerlo pensando que los niños pudieran verlo, es decir, que vieran un solo episodio y comprendieran de qué trata el programa, sin la necesidad de ver todos los episodios seguidos. De igual manera, los capítulos tienen que trabajar de manera independiente, por lo que fue un gran reto que tuvimos que enfrentar.
Tratamos de encontrar detalles pequeños para crear una historia. Comenzamos pensando qué clase de música podríamos explorar, qué ciudades podrían inspirar algún tipo de conflicto, y qué enredo —algo simple— la gente podría enfrentar durante los episodios. Esa era una de las cosas que nos preocupaban más.
Otro aspecto que tuvimos en cuenta en el proceso de creación fue el tratamiento de los personajes. Wee y Boom son muy diferentes entre sí, tienen conflictos entre ellos; por lo que también probamos diferentes espacios para desarrollar más la personalidad de cada uno y ponerlos en conflicto entre sí o con algo/alguien más. Por ejemplo, Wee es muy competitiva y hay un episodio en el que ella se encuentra en España, y se enfrenta a un gimnasta. Compiten en un reality show de fitness en la playa.
Además, y aunque un capítulo dure siete minutos al aire, todos los episodios toman mucho tiempo en realizarse porque la animación es un proceso muy lento. Cada episodio, desde la idea hasta la entrega final, tomó de 8 a 10 meses.
Uno de los retos que tuvimos fue crear una historia que pudiera conectarse con nuestro público target. ‘WeeBoom’ es para niños entre los 4 y 7 años. Así que teníamos que sumergirnos en ese universo e intentar entender qué les gusta a los niños: en qué proceso se encuentran, sus intereses, sus habilidades. Intentamos crear una serie que pudiera hablar con ellos y que pudiera ser interesante para los niños de esa edad.
Otro gran desafío que tuvimos fue el aspecto técnico porque queríamos tener un show que pudiera viajar por el mundo, tal como lo hacen los personajes. Para lograrlo, debíamos lograr cierta animación y calidad artística. Necesitábamos lo mejor; tener a los mejores profesionales de la animación en Brasil trabajando con nosotros. Algunos de los mejores animadores que conocemos están trabajando con nosotros en el programa. Al final, y por fortuna, podemos ver todos estos esfuerzos.
Hace años, estábamos presentando algunos proyectos a Cartoon Network, y tenía en desarrollo, algunos de estos shows. Nos preguntaron si teníamos algo para el público más joven y así fue como presentamos la primera idea de ‘WeeBoom’ que cambió mucho a lo largo de los años, pero presentamos el primer concepto de la serie y realmente les encantó.
Por otra parte, en aquel entonces, estaban considerando cambiar el público objetivo de Boomerang (antes era para niños mayores); querían llegar a un público más joven y encontraron en ‘WeeBoom’ una muy buena oportunidad para desarrollar un programa para ese público específico.
Estuvimos en conversaciones durante un par de años, nos dieron muchos comentarios sobre cómo podíamos darle forma a la serie para que se ajustara a la audiencia del canal y, alrededor de 2017, logramos el trato y comenzamos a trabajar en la producción de ‘WeeBoom’.
En general, hay un boom en la animación en América del Sur. Chile, por ejemplo, ganó un Oscar por un corto animado (‘Historia de un Oso’ de Gabriel Osorio en 2016); mientras que Argentina está produciendo un programa animado con Amazon.
En Brasil, en los últimos tres años, han habido muchas cosas: también tuvimos una producción que fue nominada para el Oscar pero a Mejor Película Animada (‘O Menino e o Mundo’ en 2015), y de la cual me alegra haber formado parte; actualmente, tenemos muchos programas de televisión, muchas cintas en producción; es más, una muy reciente, ‘Tito e os Pássaros’, estuvo pre-nominada para los Oscar de este año y ha tenido una carrera increíble en el circuito de festivales.
También tenemos programas como ‘O Show da Luna!’ que ha llegado a más de 120 países, lo cual es un gran logro para una producción independiente; e ‘Irmão do Jorel’, una creación original brasileña que ha tenido gran éxito en el país. Creo que estamos viviendo un muy buen momento y espero que ‘WeeBoom’ se destaque y encuentre su lugar como una producción exitosa.
¡Definitivamente! Creo que todas estas producciones serán fuente de inspiración para aquellos que les guste la animación y buscan la animación como una oportunidad de carrera y vida.
Cuando era niño nunca escuché que ocurriera algo así en Brasil. Recuerdo que teníamos ‘Turma da Mônica’ (‘La pandilla de Mónica’ o ‘Mónica y amigos’), una popular serie de cómics nacionales. Fueron algunas de las primeras aventuras que se comenzaron a hacer en Brasil y, posteriormente, fueron adaptadas en serie de televisión y cintas animadas. Cuando leía esos cómics o cuando veía las películas, soñaba con trabajar en eso porque podía ver que no tenías que ser Walt Disney para hacer animación; también podías hacerlo en Brasil.
Cualquier niño que desee trabajar en animación puede imaginárselo y ver un futuro para sí mismo, o sí misma, en esta industria.
La animación es una carrera increíble. Somos una industria en la cual las personas aman lo que hacen y les apasiona el trabajo que realizan, lo que, por supuesto, es muy inspirador para todos; pero también es una industria muy trabajadora. Todo lo que hacemos requiere mucho trabajo. Es una carrera hermosa, pero también es una carrera en la que tienes que trabajar muy duro para alcanzar lo que quieres.
Yo le aconsejo a la gente que, si quieren comenzar esta carrera, lo mejor que pueden hacer es dibujar, escribir, buscar cursos o, si no pueden, y no hay nada en el lugar donde viven, como lo que me sucedió cuando era más joven, se puede encontrar material increíble en Internet como talleres y libros.
Incluso, pueden hablar con personas que han estado en la industria, incluyendo gente reconocida. Ellas son muy accesibles. Si desean escribir a alguien, y enviar un mensaje de Facebook, es muy probable que responda y los ayude. A pesar de que habrá dificultades, la animación es una carrera posible y pueden lograrlo. ¡Vayan por ella! y… ¡sean felices!